Caramelos y golosinas de cuando éramos niños

Caramelos y golosinas de cuando éramos niños

¿Recuerdas esos caramelos, golosinas o chuches, como quieras llamarlos con los que te deleitabas cuando eras niño?

Los caramelos y golosinas de tu infancia

La mayoría de nosotros guardamos recuerdos increíbles de los chocolates, gominolas, caramelos y otro tipo de chuches que comíamos, añoramos sus coloridos envoltorios y en el caso de aún seguir existiendo, volvemos a la infancia con solo olerlos o sentir su sabor.

En este informe vamos a llevarte de viaje a la infancia, con esos chuches y golosinas que te hicieron feliz y que te encantaría volver a probar, pero han desaparecido de los kioscos, además de algunos que todavía continúan vigentes y puedes llegar a compartir con tus hijos y recordar momentos de tu vida cuando eras niño.

El fresquito

Esta chuche viene en un envase individual con un dibujo que realmente no sé si te invita a comerlo o mejor dejarlo de lado.

El fresquito vendría a ser la combinación de dos golosinas diferentes que también nos han marcado. Si pensamos en un caramelo sostenido por un palo, pensamos en un chupa chups, pero si a este le agregamos un envoltorio que contiene polvo pica pica, para mojar ese caramelo en ellos, nos da como resultado el fresquito.

A este completo dulce lo podemos encontrar en su sabor original de cereza o en sus variantes de riquísimo sabor cola y también sabor helado de fresa.

Existía y actualmente existe para los infantes que decidan comer esta golosina un problema, que es que la cantidad de polvo con el que puedes mojar el caramelo no te alcanza hasta que este caramelo se termine.

Siempre es más el caramelo que el pica pica. Pero bueno, no nos pongamos exquisitos y recordemos ese sabor que nos deleitó de niños y lo sigue haciendo con niños de la actual generación.

Peta Zetas

Algo parecido a lo que sucede con los fresquitos, podías llegar a experimentar con los Peta Zetas.

Peta Zetas

Este increíble caramelo comenzaba a chispear entre tu lengua y tu paladar cuando lo introducías en tu boca y te causaba una sensación de éxtasis que seguramente estés recordando con una sonrisa mientras estás leyendo esto.

¿Cómo lograban esa sensación tan loca en nuestras bocas?

Imagínate un refresco, en el que las burbujas están atrapadas en el líquido y salen cuando la botella se abre, generando una explosión y dándole al refresco su carácter de burbujeante.

Esto mismo sucede con los Peta Zetas, que en cada uno de sus granos de caramelo contenía una pequeña porción de aire que era la causante de ese estallido que no podías parar  de disfrutar.

Este producto fue una revolución apenas salió, pues no existía nada igual que genere esa sensación de estallido en tu boca. Como si la golosina, además de tener el sabor y el dulzor que buscabas, también se moviera para generarte más diversión.

Muchas veces has estado en complicidad con tus amigos echando carcajadas por el efecto que les producía a ambos en simultáneo estos Peta Zetas.

Los caramelos Sugus

Estos caramelos sí que son un verdadero clásico de la infancia de cualquiera de nosotros.

Seguramente tenías una preferencia particular por un sabor, por lo tanto un color particular de estos caramelos que marcaron los primeros años de generaciones tras generaciones.

Los Sugus tienen forma cuadrada y miden 2 centímetros por lado y 7 milímetros de espesor y vienen en sabores diversos, de los cuales los más recurrentes son el limón, la naranja, la piña, la frambuesa y la cereza o también puedes distinguirlos por colores, amarillo, azul, morado y rojo, respectivamente.

La historia de los caramelos Sugus se remonta al año 1931 y viene de la mano de un director general de la afamada marca de chocolate suizo Suchard. La innovación total de este trabajador de la firma fue encontrar para los Sugus una textura que no existía hasta el momento en el mercado.

Un producto moldeable y mucho más blando que los caramelos que podías comprar regularmente, lo que dio lugar a la industria de los caramelos blandos. Todo comenzó con los Sugus.

Los chicles boomer

Aquí llegamos a un clásico que nos gustaba a todos, pero hoy en día han desaparecido y no los podemos encontrar en los kioscos. Estos son recordados por tener un sabor muy duradero y los podíamos encontrar en sus variedades de menta y de fresa.

Los chicles boomer

Otro aspecto que hacía muy atractivos a los chicles boomer por sobre sus competidores era su precio, ya que solían valer exactamente la mitad que, por ejemplo, los Bubbaloo, otro clásico que continúa vigente.

De esa manera los podías conseguir en cualquier kiosco a un precio de 5 pesetas, pero con la llegada del euro, pasó a valer 5 céntimos, con una lavada de cara en su envoltorio.

Pero también los boomer eran favoritos porque no solo ofrecían los sabores de menta y fresa como cualquier otro chicle del mercado, sino que además se podía encontrar una variedad de otros sabores.

En conclusión, no muchas de estas chuches que consumimos y nos deleitamos en nuestra infancia han pasado a la posteridad, de hecho, la mayoría de ellas hoy pueden llegar a ser las golosinas que comen nuestros niños.

Un consejo que te podemos dar en ese caso es que compartas con tus hijos el gusto por esos caramelos, y golosinas y algún día los vuelvas a probar junto a ellos, para que esa sensación te retrotraiga a momentos inolvidables de tu infancia.

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